noviembre 19, 2007

Datos

Leído en un libro sobre literatura: "Freud relacionó el escapismo literario con 'el soñar despierto'".







Recuerdo
mi lugar en la penumbra
de una calle familiar;
la invención de nuevos amigos
a mis amigos
para que no pensaran
que no tenía ningún amigo;
recuerdo los rodeos y los días
sólo
para saludarla sin voz;
las oleadas de tristeza
que me arrastraban
hasta dejarme débil,
y bueno,
y naúfrago
en la orilla repetida,
en la misma penumbra,
con el mismo silencio,
desangrándome.

Resurgir purificado y dolido
del idiota de la familia,
del amigo sin amigos,
del náufrago sin voz.

Pies descalzos sobre el asfalto.

Busque a mi padre
en el caos oscuro y sofocado;
a mi pobre padre muerto
que sólo dejó un montón de libros
con su firma en la portada.
Libros viejos y desvencijados
que yo había leído sin cuidado
en mis hartazgos de infancia.

Pero que sólo entonces
recogí en la noche sola
y los hice estrechamente míos.

Me rodeé de páginas
ásperas y húmedas,
reuní pedazos
y los hice andar
junto a mi perplejidad.

(Murió mi perro de una muerte tonta,
recuerdo)

Paladeé la belleza de la palabra
extravío.

Y comencé a soñar.

(2005)

Foto: J.M.